Pago de la Oliva es un nuevo proyecto vinícola basado en la decisión de su propietario de construirlo sobre la magnífica base de viñedo excepcional ubicado en la milla de oro de la RIbera del Duero. Si hablamos de Pago de la Oliva, hablamos necesariamente de una familia. La pasión e ilusión se apoderaron de ellos hace ya casi treinta años, soñando con un gran vino que lleve su nombre y con el que sentirse orgullosos. Son ya tres generaciones a las que José Barbero ha transmitido esta manera de entender la vida, la disciplina por las cosas bien hechas, su afán de superación. Una familia con principios y valores, que desde la humildad y honestidad afrontan el futuro escribiendo su propio destino. José Barbero, alma mater de la bodegay experto conocedor de la viña y su comportamiento y que fue colaborador directo durante años de Mariano García en Mauro, se expresa así hablando de Pago de la Oliva: “Después de 30 años dedicados a las viñas, decides emprender tu propio camino; tu tierra, tus uvas, tus vinos, el sabor de tu casa.” Tudela de Duero, en el corazón de Castilla, conocida como “la alegre lágrima del Duero”, es uno de los pueblos que conforman la prestigiosa “Milla de Oro”. Nuestros viñedos crecen en esta limitadísima franja vallisoletana, tierra por la que sentimos algo especial. Una situación privilegiada, marcada por su particular microclima y un terruño singular, que nos permite hacer unos vinos diferentes, vinos únicos, vinos con alma. La villa ribereña de Tudela de Duero, posee una gran tradición vitivinícola. El renombre y la historia de los vinos, se remontan a 1562 cuando Felipe II la exime de pagar tributos por la calidad de sus vinos, nombrándola Villa Realenga de España.